En el año
1998, después de realizar un estudio por encargo del Pentágono, el politólogo David Ronfeldt junto a un equipo de colaboradores,
llegó a la conclusión de que el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) había
estrenado una nueva forma de lucha, la Netwar Social o guerra socio-informática, consistente
en formar coaliciones transfronterizas altamente entrelazadas y coordinadas para
hacer una guerra de redes sociales que limitaría al gobierno y apoyaría la
causa zapatista. En la base de esta guerra
socio-informática está el saber todo sobre el adversario y dejar que él sepa
menos acerca de uno, manteniendo el balance de información y conocimiento a
favor de uno.
Como
primer “ciberguerrillero”, dice Ignacio Ramonet que“Marcos, manejando la máscara y la pluma, ha podido establecer
relaciones solidarias con centenares de asociaciones cívicas, organizaciones no
gubernamentales –ONG- y con decenas de personalidades o de intelectuales…” (1)
En su obra “Marcos, la
dignidad rebelde”, afirma que Marcos es un “estratega
mediático que utiliza Internet como una nueva arma dotada de una temible
eficacia, rociando todo el planeta, a través de la web o del correo
electrónico, de comunicados, textos, análisis, cuentos, parábolas o poesías,
que muy a menudo dan en el blanco”.(2) Por su parte, Betrand de la Grange y Maite Rico, en “Marcos, la geial
impostura”, afirman que “Marcos utiliza
una computadora portátil para escribir sus comunicados, que a veces ha
transmitido a tal velocidad que se llegó a barajar la posibilidad de que
contara con un teléfono por satélite. Un periodista de la televisión mexicana,
Epigmenio Ibarra, le prestó el suyo para establecer una comunicación entre el
cuartel general zapatista y una sala de cine de la ciudad de México en la que
se presentaba un documental sobre el EZLN titulado Viaje al centro de la selva.
Fue en septiembre de 1994, y Marcos pudo hacer oír su voz en directo ante mil
quinientos espectadores”.(3)
“Gracias a la colaboración con un
equipo de la Universidad de Texas y de varios comités de solidaridad de los
Estados Unidos, Europa y México, que alimentan día a día as páginas de
Internet, el Ejército Zapatista ha creado una nueva categoría en la nomenclatura
de las organizaciones armadas: la ciberguerrilla. Otros grupos han seguido
después sus pasos, como los peruanos de Sendero Luminoso y Tupac Amaru, pero
ninguno ha logrado la riqueza y la variedad de las páginas del EZLN. En ella
pueden leerse los comunicados más recientes, las informaciones aparecidas en La
Jornada, una selección de entrevistas con Marcos o los documentos redactados
con motivo de los diálogos de paz y del Encuentro Intercontinental por la
Humanidad y contra el Neoliberalismo. No falta tampoco una colección de
fotografías de escenas zapatistas, ni el número de fax de la Presidencia de la
República, para quien desee inundarlo con mensajes de protesta.”(4)
(1) “Marcos, la dignidad rebelde. Conversaciones con Ignacio Ramonet”, Le Monde
Diplomatique, 1, Buenos Aires, agosto de 2001, página 23.
(2) ibid.
(3) “Marcos, la genial impostura”, Betrand De la Grange, Maite Rico. Nuevo Siglo,
Aguilar. México DF, 1998. Página 394.
(4) Op.cit. página 395
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